El sueño no es la meta, es el punto de partida para encontrarte a ti mismo. Deja que el camino que te lleva a lo que quieres sea como la carrilera de un tren; que sea vieja pero no para que caiga fácilmente, sino para que te llene de experiencia; que sea fuerte pero no para hacerte insensible, sino para hacerte persistente; que sea larga pero no imposible de pasar, para que esta te enseñe a ser paciente; que pase por todos los paisajes pero no para distraerte, sino para hacer de tu viaje uno placentero. No importa lo imposible que parezca tu sueño, nunca dejes de luchar por el, y cuando lo logres, deja que este te lleve a descifrar tu interior.
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